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«Vino el Señor desde el Sinaí:
    vino sobre su pueblo, como aurora, desde Seír;
resplandeció desde el monte Parán,
    y llegó desde Meribá Cades
    con rayos de luz en su diestra.[a]
Tú eres quien ama a su pueblo;
    todos los santos están en tu mano.
Por eso siguen tus pasos
    y de ti reciben instrucción.
Es la ley que nos dio Moisés,
    el tesoro de la asamblea de Jacob.

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Footnotes

  1. 33:2 con rayos de luz en su diestra. Frase de difícil traducción.